viernes, 5 de noviembre de 2010

¿Pensamiento xaugariano?

Ante todo, Gracias por invertir su tiempo (o perderlo, según quien lo mire) leyendo las pequeñas y humildes lineas que a partir de hoy comenzarán a llenar este espacio de la web; lineas que emergen directamente de las profundidades insondables de mi mente y que no se doblegaran ante nada ni nadie (como si alguien se fuera a preocupar por ello...).
Siendo esta mi primera entrada, siento que debo explicar que es el "pensamiento xaugariano", muchos me lo han preguntado ya, y a todos les he brindado la misma respuesta: "No lo sé".
Habiendo recibido solo insultos y agravios como única reacción ante tamaña sinceridad, me vi forzado a indagar mucho más en el tema para poder brindarles una respuesta un poco más iluminada.
Esta corriente de pensamiento surge de la mano de benemérito e ilustre filósofo Xaugar que nació allá por el año 9347 a. c. en la actual Isla de Gotland, situada en el mar báltico. Se cuenta que este gran filósofo, el primero de los filósofos modernos, se crió en los pasillos de la "Gran Biblioteca del Norte" que era un pequeño y humilde anexo de la "Biblioteca Central Atlante", donde iban a parar, principalmente, todos los volúmenes de poca importancia, esos con títulos tales como: “Como manipular la fuerza de gravedad para no romperse la espalda construyendo pirámides”, “Guía de armado de Motor Taquión para jóvenes emprendedores”, o el célebre instructivo infantil “Mi primer reactor de anti-materia”.
Rodeado de tanto saber, Xaugar creció como todo joven lo haría, simplemente ignorándolo. Fue solo cuando se encontró con un antiguo y enmohecido ejemplar de “Piense por usted mismo, que hace bien”, que decidió embarcarse en la aventura de hallar todas la respuestas a esas preguntas que, hasta el día de hoy, nos siguen aquejando.
Su búsqueda del saber lo llevó a recorrer todo mundo, consultando a sabios, chamanes, sacerdotes, alquimistas, brujos y venerables viejas de barrio, que, valga decir, son las que más suelen saber sobre estos temas.
Años más tarde escribió una larga serie de libros donde exponía las tan molestas preguntas y sus respuestas definitivas, “Camine feliz por la vida conociendo todas las respuestas” fue su título, lamentablemente ningún editor de la época quiso publicarlo, aduciendo de que la gente jamás gastaría dinero en simples libros de auto-ayuda disfrazados de principios científicos...
Se equivocaban.

Entonces se decidió por juntar el dinero él mismo, imprimir una pequeña tirada de cada libro, y donarlos todos a la Biblioteca Central Atlante, en un intento por mantener ese tesoro del saber para toda la posteridad. Viendo que jamás le fue enviada ni una pequeña tarjeta de agradecimiento por su magnánima contribución, Xaugar compró un pequeño bote de vela con el dinero que le quedaba y se hizo a la mar con rumbo incierto. Nunca más se volvió a saber de él.
Por desgracia se cree que todos los ejemplares de sus libros se perdieron con el “Hundimiento fiscal atlante” sumiéndonos nuevamente así en otra era de oscurantismo.

La tradición oral nos ha permitido conocer el pilar fundamental de su pensamiento. Él afirmaba que ninguna pregunta podía responderse por separado, puesto que todas, aunque no siempre fuera aparente, pertenecían al mismo universo. Una pregunta siempre te lleva a otra y exactamente lo mismo sucede con las respuestas. Esto produce una cadena de relaciones que puede rastrearse hasta su mismo infinito.
Cuando te hallas frente a una pregunta sin respuesta debes retroceder y mirar al conjunto de preguntas que la rodean, identificar a las que hallan sido ya respondidas y comenzar a trabajar desde allí. Nunca obvies nada, no hay tema que no este relacionado con algún otro, un sabio jamás se debe dar el lujo de ignorar algo que puede llegar conocer.

Existe una crónica de un oscuro historiador, Tronius, de fines del siglo primero que habla sobre unos tomos que son muy preciados en la biblioteca de Alejandría y que solo se le permite su estudio a un grupo selecto de gente, “los rumores dicen que ofrece respuestas” concluye crípticamente. No existe más referencias a esos extraños tomos pero nos da la sutil esperanza de que algunos ejemplares escritos por Xaugar, o copias de estos, hallan terminado de alguna forma en la Gran Biblioteca. Algo que no es de extrañar ya que acostumbraban guardar copias de todo tomo o volumen que llegara a estar al alcance de sus manos.

¿Sería posible que al día de hoy aún existan copias de los escritos del filosofo?

Es una idea atractiva, pero imposible de afirmar. Quizás halla alguna copia, traducida y vuelta a traducir una y otra vez en las repisas de algún coleccionista anónimo, pero dudo que a estas alturas pueda darnos la misma iluminación de los originales escritos por su autor.

Por eso me embarco en la aventura del saber, la misma en la que una vez se embarcó él. La web nos permite llegar a gran parte del mundo y aprender de cosas y formas que antes no creíamos posibles. Es hora de que reescribamos los paginas que Xaugar iluminó una vez y nos adentremos en una nueva era de luz y saber.

“Una pregunta, una respuesta. Todas formando parte del mismo universo.”